A través de todo mi recorrido personal, formaciones, cursos y la vida misma he aprendido a mirar y relacionarme de una manera más amigable conmigo misma, con las demás personas y con el mundo que me rodea.

Todos tenemos la capacidad de encontrar nuestro propio bienestar, de recuperar nuestro equilibrio y serenidad.

Nuestro cuerpo, mente y emociones están interrelacionadas. Nuestro cuerpo nos brinda un camino hacia otros espacios más internos, a descubrirnos y a sentirnos.

En una serie de encuentros, paciente - terapeuta, vamos creando un espacio terapéutico de confianza e intimidad, donde con la participación de nuestro cuerpo (atención, contacto, movimiento o/y respiración) podemos aprender a escucharnos, a darnos cuenta de lo que nos ocurre, a atender nuestras necesidades, a descubrir y dar espacio a nuestras emociones, a expresar lo que nos está pasando, y a transitar los momentos difíciles mientras somos acogidos y acompañados.